BETÓ ÁVILA: PRIMER CAMPEÓN DE BATEO NACIDO EN MÉXICO... Y LATINOAMÉRICA
- Rafael Herrera Paz
- 13 nov 2021
- 10 Min. de lectura
Actualizado: 22 nov 2021
En el deporte nacional para los Estados Unidos de América y hoy día dominado por jugadores caribeños, un mexicano logró ser el primer “champion bat” latinoamericano en la historia. Veracruzano y jugador de los Indios de Cleveland, en 1954 llegó a la cúspide de su carrera al ser el campeón bateador de la Liga Americana de las Major League Baseball.
¿Cómo logró tal hazaña? ¿cómo fue descubierto su talento y qué otros méritos hizo en las Ligas Mayores? A continuación, veremos la historia de uno de los peloteros más importantes en la historia: Beto Ávila.

Nacido el 2 de abril de 1924 en el Puerto de Veracruz, desde muy pequeño Beto Ávila fue un beisbolista talentoso. Debutó profesionalmente con los Chileros de Xalapa y de ahí saltó a la Liga Mexicana de Béisbol en 1943 con los Pericos de Puebla. Sus primeros años fueron difíciles pero en 1945 también fue llamado a jugar a la Liga Cubana para alternar con los Pericos de Puebla. En Cuba jugó para los Azules de Almendares y en 1945 logró el segundo lugar de bateo; el primer lugar ese año fue el norteamericano Lou Klein de los Rojos de la Habana. En el último partido, Beto Ávila aún aspiraba a ser el campeón bateador y estaba a un hit de lograrlo cuando conoció un fuerte batazo que fue atrapado por el mexicano Vinicio García, paradójicamente un compatriota le quitó la posibilidad de ser campeón de bateo en Cuba: Klein terminó con promedio de 0.324 y Beto Ávila con 0.323.
En 1947 logró su revancha, pero en la Liga Mexicana jugando para los Pericos de Puebla. Su promedio fue de 0.346 y se convirtió en el primer mexicano en ser campeón bateador en una temporada larga. No era cualquier hazaña porque en la Liga Mexicana militaban estrellas de la Liga Negra de Estados Unidos y muchos cubanos que tenían nivel de Ligas Mayores, de hecho, esos años se conocen como la “Época dorada del béisbol mexicano”. Fue tan importante este campeonato de bateo que inmediatamente llamó la atención de equipos de las Ligas Mayores y así, a media temporada de 1949 fue llamado a los Indios de Cleveland, tras un breve paso por las sucursales de los Orioles de Baltimore.
Esa primera temporada tuvo solamente 14 turnos al bat y acabó con 0.214 de promedio y tres carreras impulsadas, nada mal para un novato que llegó a medio año. Es importante mencionar que la llegada de Beto o Bobby Ávila como lo conocían en Estados Unidos, coincidía con el Trato de Braceros que habían firmado los gobiernos de Estados Unidos y México; en él se favorecía la migración legal hacia el país del norte mientras durara el contrato que firmaran con alguna empresa o industria. Este trato ayudó económicamente a México y a miles de mexicanos que vieron una oportunidad laboral importante con los estadounidenses; varios compatriotas que trabajaban en la historia de Cleveland iban al estadio a ver a Beto Ávila que era el gran ídolo en la pelota nacional. Además, no era común ver a un mexicano en las Ligas Mayores así que debían aprovechar la oportunidad; también jugaba para los Indios Jesse Flores, pitcher mexicano que ya llevaba varios años en las mayores.
En 1950 Beto Ávila tuvo más oportunidades y alternó la segunda base con el norteamericano Joe Gordon. Acabó con un muy buen promedio de bateo de 0.299 y 21 carreras impulsadas. El equipo tuvo un buen año con 92 juegos ganados aunque al quedar cuarto lugar de la Liga Americana no pudieron pasar a los play off. Aún así, el futuro del pelotero mexicano de 26 años de edad lucía prometedor con los Indios de Cleveland; lo mejor estaba por venir.

En esa época, los New York Yankees tenían un equipo muy dominante encabezados por su cacher Yogi Berra, así que para llegar a la Serie Mundial debían tener más ganados que el club de Manhattan. Los Indios de Cleveland tenían un equipo muy sólido y sabían que estaban cerca de tener la posibilidad de superar a Nueva York. Destacaban figuras como el lanzador Bob Lemon que junto a los jugadores Larry Doby y Bob Feller, hoy están en el Salón de la Fama de las Ligas Mayores; también se encontraba Jim Hegan, Dale Mitchell, y el mexicano Beto Ávila quien ya era el segunda base titular indiscutible.
El año de 1951 tuvo grandes momentos para el club y para el mexicano. Los Indios pelearon todo el año con los Yankees por la cima de la Liga Americana, de hecho, estuvieron 41 días liderando la carrera hacia la Serie Mundial, y los Yankees debieron esforzarse al máximo para poder superarlos. Acabaron la temporada con 93 victorias, solamente cinco menos que los “mulos de Manhattan”; el líder bateador de Cleveland fue Beto Ávila quien tuvo un promedio de 0.304, además quedó en décimo lugar en el voto por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana; ese año el reconocimiento lo ganó Yogi Berra. Cabe señalar, que Ávila ganaba 11 mil dólares anuales en su contrato, muy por debajo del promedio para los Indios de Cleveland y especialmente se hace mención pensando que el mexicano era el líder bateador y de los jugadores más rendidores.
Para Beto Ávila, este fue el año de consolidación en las Ligas Mayores y tuvo juegos históricos, como el 20 de junio que jugaron contra los Boston Red Sox en el Fenway Park. El mexicano bateó 5 hits en 5 turnos al bate, produjo 4 carreras y anotó otras 4. Sus hits fueron un sencillo, un doble y tres homeuns, sí ¡Tres Homeruns! Convirtiéndose así en el primer jugador latinoamericano en lograr tal hazaña en un juego. El último home run fue “de campo”, es decir, que el mexicano estrelló el batazo en la barda y gracias a su velocidad pudo recorrer las 4 bases y llegar “safe” en home, de esa manera emotiva y espectacular rompió el récord para Latinoamérica.
La temporada de 1952 fue más cerrada aún en la lucha por la Serie Mundial. Una vez más los Indios de Cleveland pelearon hasta la última semana por superar a los Yankees, y una vez más, quedaron cortos en su intento, ahora solamente dos juegos debajo de New York; Indios tuvo 93 victorias y Yankees 95. Estuvieron más de treinta días en la cima pero no fue suficiente para ellos; prácticamente tenían el mismo equipo del año anterior y de hecho, lograron quedarse con varios de sus jugadores claves, como Beto Ávila a quien le subieron su salario a 17 mil dólares anuales.
En cuanto al mexicano, terminó con promedio de .300 de bateo, es decir, una vez más fue brillante con el madero, aunque ahora no fue el líder de su equipo. Aún así, participó en su primer Juego de Estrellas de las Ligas Mayores. El partido fue en el extinto Shibe Park en Philadelphia, casa de los Atléticos; el mexicano fue titular y lo colocaron de séptimo bat y segunda base. Dio un hit e impulsó una carrera, pero aún así la Liga Americana perdió contra la Liga Nacional por 3 carreras a 2. Al final de la temporada tuvo 45 carreras impulsadas y 11 triples, por lo que fue el líder de la Liga Americana en este aspecto.
La siguiente temporada fue casi una calca de las anteriores, con los Indios de Cleveland luchando por la Serie Mundial contra los Yankees de New York y nuevamente quedando segundo lugar; ahora tuvieron 92 triunfos pero quedaron 7 juegos debajo de su rival. De hecho, ahora no lograron estar en la cima en ningún momento de la temporada por lo que vieron de nueva cuenta a los Yankees ser superiores a ellos. Además de sus jugadores habituales, ahora veían a Mike García y Al Rosen lucir en el diamante. El mexicano Beto Ávila bajó de promedio a 0.286 pero aún así fue el segundo mejor bateador del equipo; de hecho, aunque impulsó 55 carreras, el año de 1953 no fue de los mejores para el veracruzano con el bate, no así a la defensiva que tuvo el mejor promedio para segundas bases en la Liga Americana; otra virtud importante de Beto Ávila fue su fildeo y al menos en 7 ocasiones estuvo en el top 10 de los mejores promedios de las segundas bases en la Liga Americana. Nadie podía preverlo, pero ese año fue la antesala para el mejor de Ávila en su carrera.
La temporada de 1954 fue la mejor en la carrera de Beto Ávila tanto en lo individual como en el equipo de Indios de Cleveland. El manager era Al López, quien está en el Salón de la Fama de las Ligas Mayores, y ese año logró construir un equipo ganador desde principio a fin de la temporada regular, y tuvieron ¡111 ganados! Se quedaron muy cerca de igualar el récord histórico por temporada que eran 116 de los Chicago Cubs. Es decir que, los Indios de Cleveland de 1954 es uno de los mejores equipos de la historia de las Ligas Mayores de Béisbol; quedaron muy por encima de los Yankees de New York e inclusive de los equipos de la Liga Nacional.
Por su parte, Beto Ávila tuvo una pelea todo el año por el campeonato de bateo en la Liga Americana contra el cubano Orestes Miñoso de los Chicago White Sox. El mexicano tuvo gran ritmo toda la temporada en la cual conectó 189 hits, 15 jonrones e impulsó 67 carreras; también fue electo al Juego de Estrellas donde tuvo una gran actuación, fue el segunda base titular y bateo segundo en el orden. Conectó tres hits en tres turnos al bat e impulsó dos carreras en el triunfo de la Liga Americana sobre la Liga Nacional 11 carreras contra 9; fue un juego muy emotivo para el mexicano porque el partido se realizó en el Estadio de Cleveland, justo en el hogar de su equipo.

Al final de la temporada, Beto Ávila tuvo un promedio al bat de 0.341 y con eso se convirtió en el primer latinoamericano en conseguir el campeonato de bateo, una de las grandes hazañas en la historia de nuestro deporte y de Latinoamérica. También quedó en tercer lugar en la votación por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana; una vez más lo ganó Yogi Berra ese año.
Desgraciadamente para Beto Ávila y para los Indios de Cleveland, la magia que tuvieron toda la temporada de 1954, no la tuvieron en la Serie Mundial contra los Gigantes de New York, hoy de San Francisco; fueron barridos en cuatro partidos con una escasez de bateo asombrosa. El mexicano apenas bateó 0.133 de promedio y no pudo ser el motor que significó todo el año para los Indios de Cleveland. La imagen que quedará para la posteridad de esa Serie Mundial fue la gran atrapada del jardinero central de los Gigantes, Willie Mays que se ha convertido en un ícono para el béisbol en el mundo; fue en la octava entrada del primer partido cuando un batazo de Vic Wertz hizo que Mays corriera a toda velocidad hacia la barda hasta conseguir atrapar la pelota de “espaldas a home”. Para muchos, es la mejor jugada defensiva en la historia de las Ligas Mayores y además para Mays marcó la cima de su carrera porque ese año fue campeón de bateo de la Liga Nacional y obtuvo junto a su equipo la Serie Mundial.
A pesar de no lograr ser campeón con los Indios de Cleveland, Beto Ávila fue recibido como un auténtico héroe en México. Para el país, tener a un compatriota que fuera campeón de bateo en las Ligas Mayores no era un asunto menor y es parte de esa gran época para el deporte mexicano. Inclusive, el mismo día que Ávila consolidó su campeonato de bateo con un home run contra los Tigres de Detroit, el “Ratón” Macías derrotó al norteamericano Nate Brooks en la Plaza México para así obtener el título mundial del peso gallo.
Desde Veracruz hasta la Ciudad de México se realizaron eventos en honor de Beto Ávila; “en la capital se organizó la ceremonia en el monumento a la Raza, en avenida Insurgentes Norte, donde fue recibido por el formidable compositor Agustín Lara y el clavadista Joaquín Capilla que ya había ganado en los Juegos Olímpico.”[1] El veracruzano era sin duda un héroe nacional.
Después de esta temporada, comenzó el declive de Beto Ávila, ya no alcanzó el promedio de 0.300, que es marca para definir a los grandes bateadores, ni tuvo lideratos en ningún rubro ofensivo. En la defensiva conservaba su nivel y todavía en 1955 logró ser electo al Juego de Estrellas. Ese día fue el segunda base suplente y solamente tuvo un turno al bat que resultó en una base por bolas; el partido fue en el County Stadium, casa de los Bravos de Milwaukee, hoy de Atlanta, y la Liga Nacional venció a la Liga Americana por 6 carreras a 5.
Jugó con los Indios de Cleveland hasta la temporada de 1958 dejando una gran huella en ese equipo. Al año siguiente fue cambiado a los Orioles de Baltimore por Russ Heman y ese mismo 1959 fue cambiado a los Boston Red Sox; no sería su último cambio porque al final de la temporada llegaría a los Bravos de Milwaukee para convertirse en el segunda base titular. Ese deambular por varios equipos esa temporada le dio a Beto Ávila sus últimos grandes momentos en las Ligas Mayores, y juagando con los Bravos tuvo dos últimas hazañas que ayudaron al equipo para quedar segundos en la Liga Nacional, solamente dos juegos atrás de los Dodgers de Los Ángeles, muy cerca de la Serie Mundial.
El 27 de agosto conectó un cuadrangular a los Cincinnati Reds en la novena entrada para “dejarlos en el terreno”. Su equipo perdía 4 a 3 cuando Ávila tomó turno al bate con un hombre en base y tras su home run el público le dedicó una gran ovación. Ese mismo año conectó un Grand Slam (Home Run con la Casa llena, es decir con tres hombres en base), contra los Cardenales de San Luis. Su equipo perdía 3 a 1 y lanzaba Ernst Broglio cuando Ávila entró de bateador emergente y dio el triunfo a su equipo.
Así se despedía Beto Ávila de las Ligas Mayores de Béisbol, tras un paso muy sólido. Sus números finales así lo muestran: 0.281 de promedio de bateo, 1296 hits, 80 HR, 467 carreras producidas, 725 carreras anotadas y 78 bases robadas. Su promedio fildeando como segunda base también es evidencia de su gran calidad. 0.979 con todos los equipos con los que jugó.
Se retiró del Béisbol en 1960 jugando y ganando el campeonato con los Tigres de México, dejando así una brillante carrera que además de los logros y números ya mencionados, no faltaron las jugadas espectaculares en la segunda base o corriendo las bases y “chocando” contra Yogi Berra para tumbarle la pelota y llegar quieto a home. Después del Béisbol tuvo una breve participación en la política en Veracruz, un año fue manager de los Pericos de Puebla y por un breve periodo fue presidente de la LMB . Hoy varios parques deportivos y los estadios del Águila de Veracruz y Tigres de Quintana Roo llevan su nombre.[2]
[1]Morales Fernández, Tomás, Tommy al Bat. 56 años de Cronista de Béisbol, Fundación Alfredo Harp Helú, México, 2009, p. 44. [2] Las estadísticas de Beto Ávila y los Indios de Cleveland fueron consultadas en Baseball Reference. También se consultaron las siguientes fuentes: - Sánchez Hernández, Alberto, “Al bat… Beto Ávila”, en Relatos e Historias en México, número 1, septiembre 2008. - Kerlegand T., Enrique, El Fantástico Mundo del Béisbol. Cinco décadas de vivencias en el rey de los deportes, Gobierno del Estado de Coahuila, México, 2008, p.p. 186 y 187.
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