top of page

MUNDIAL ITALIA 1934

El segundo mundial de la historia, el primer mundial realizado en Europa, se le puede clasificar de muchas formas, la realidad es que es el mundial del fascismo en todo el sentido de la palabra. La Copa del Mundo Italia 1934 será una de las más polémicas de la historia, y eso, que apenas llevaban dos ediciones.



Desde 1932 se decidió que la sede fuera el Reino de Italia que tenía al mando a Benito Mussolini, él había llegado al poder desde inicios de la década de los años veinte con la “Marcha Sobre Roma”, una especie de golpe de Estado encabezado por las “Camisas Negras”, el grupo de choque del Partido Nacional Fascista. Desde entonces, se dedicó a expandir su ideología por la península italiana y más allá de ella, véase el caso de Alemania y España; en Italia, Mussolini instauró un gobierno fascista que era un culto al líder, a la violencia, a la fuerza y al nacionalismo radical que buscaba sustentarse con la historia. Por supuesto, utilizó al Imperio Romano como ejemplo de la grandiosidad italiana y por eso estableció muchos símbolos romanos como parte de su ideología, de hecho, el mismo nombre del fascismo, proviene del “fascio littorio”, una especie de arma que usaba la guardia del César y además era un instrumento agrícola.


También el saludo al César, con el brazo estirado, fue adoptado por Mussolini, el “gladio” que era el arma predilecta del ejército romano, igualmente se convirtió en otro símbolo y de muchas formas el autonombrado “Duce”, buscaba dar la imagen de una Italia fuerte y próspera. Ahí es donde entró el deporte y más aún, el fútbol soccer o “calcio” como se le dice en Italia. Para el gobierno fascista italiano, el poderío de su selección de fútbol era la propaganda perfecta para decirle al mundo que Italia estaba en ascenso y que pronto sería un Imperio. En ese sentido, cuando la FIFA los nombró como anfitriones de la segunda Copa del Mundo, hicieron todo lo posible para preparar un gran mundial y un equipo que luchara por el campeonato.


La polémica la comenzó Uruguay que en ese momento era la principal potencia en el fútbol, cuando declinó su participación como protesta a los equipos europeos que no quisieron viajar a su mundial cuatro años antes, de tal manera, que los charrúas se convirtieron en el único equipo campeón de un mundial en no competir por defender su título.[1] Para este mundial, se realizó una fase de clasificación en todo el mundo, es decir, ya no fue por invitación, sino que ahora te jugarías el derecho a participar en la Copa del Mundo.



Europa se disputaría once lugares para el torneo, el doceavo lugar era para la anfitriona Italia; realmente fueron marcadores muy disparejos, excepto la victoria de Checoslovaquia 2 a 1 sobre Polonia. Inclusive, Inglaterra que había sido una de las potencias que sabotearon la copa mundial anterior, fue goleada 3 a 0 por Suiza. En otro partido interesante, Rumanía ganó 3 a 2 a Serbia y en tiempos extras, Bélgica venció al Estado de Irlanda. En Sudamérica solamente hubo dos lugares y los ganaron Brasil y Argentina con sus victorias sobre Perú y Chile respectivamente; en América del Norte y Caribe, Haití derrotó a Cuba para clasificarse a la final contra los Estados Unidos que habían derrotado a México por 4 goles a 2. La final la vencieron los estadounidenses fácilmente, confirmándose como la potencia original de la región. Para África y Asia solamente hubo un boleto para dos competidores, Egipto y Turquía… el mundial fue para los egipcios.[2]


No hubo fase de grupos en este mundial, las selecciones pasaron directamente a octavos de final que se disputaron en 8 sedes: Roma, Bologna, Florencia, Génova, Milán, Nápoles, Trieste y Turín. El 27 de mayo a las 4 y media de la tarde de Italia, arrancaron todos los partidos; Suecia derrotó a Argentina en gran juego por 3 goles a 2, Alemania venció a Bélgica, Suiza a los Países Bajos, Checoslovaquia a Rumanía, España a Brasil, Italia a Estados Unidos, Hungría a Egipto y Austria a Francia en tiempos extra. De tal manera, que en cuartos de final ya solo quedaban equipos de Europa.


Los cuartos de final fueron muy emocionantes con Alemania pasando sobre Suecia, los checos que empataban hasta el minuto 82 con Suiza, cuando Oldrich Nejedly anotó el gol del triunfo; Austria ganó apenas a Hungría, sí, el antiguo Imperio Austro Húngaro se enfrentó entre sí; e Italia y España empataron por primera vez en la historia de los mundiales, y al otro día se celebró el juego de desempate que Italia ganó con gol del mítico Giuseppe Meazza; por cierto, esta eliminatoria frente a los españoles fue muy polémica porque los árbitros favorecieron en todo momento al equipo fascista sobre los de la República Española, un triste presagio de la Guerra Civil de 1936 en España.[3]


(VIDEO)


En la primera semifinal, Checoslovaquia fue mucho equipo para Alemania a quien derrotaron 3 goles a 1; en el otro encuentro, Italia enfrentó a Austria en Milán y ganó 1 a 0 con gol de Guaita. Por primera vez en la historia se jugó un partido por el tercer lugar y Alemania derrotó a Austria en Nápoles.


La final se disputó en el Estadio Nacional del Partido Nacional Fascista en Roma; asistieron entre 55 mil y 60 mil aficionados, entre los que destacaba Benito Mussolini. Se dice que antes del partido, el “Duce” visitó los vestidores del equipo italiano y les dijo: “Hay que ganar, es una orden”, se dice que también les dijo: “Recuerden que son italianos”.[4] Inclusive, hay quien llega a más, y se asegura que Mussolini visitó el vestidor de los checos y les dijo: “Les recuerdo que están en Italia”. Mitos, rumores, chismes, eso solo es algo de la polémica que se levantó en esa final.


El partido fue muy emocionante, al medio tiempo iban cero a cero pero al minuto 76, Puc de Checoslovaquia anotó el gol de la ventaja, y cinco minutos después, Raimundo Orsi empató el encuentro que se fue a tiempos extras; por primera vez en la historia de los mundiales, una final llegaba hasta esa instancia. Al minuto 95, Angelo Schiavio anotó el gol que le dio a Italia su primer copa del mundo. La pasión se desbordó en el estadio con los italianos festejando a su equipo y la ceremonia de premiación que presidió Benito Mussolini.



Algunos apuntes sobre este mundial; a pesar que en Italia se vivía un nacionalismo desbordado, en su equipo de fútbol había muchos extranjeros, todos argentinos como Luis Monti, Enrique Guaita y Raimundo Orsi; en un doble discurso, parecía que el régimen odiaba lo foráneo, excepto cuando le convenía. También había italianos de mucha calidad como Giuseppe Meazza, Angelo Schiavio, Giovanni Ferrari, y el portero Gianpiero Combi; todos dirigidos por Vittorio Pozzo.


Italia se convirtió en la primera nación europea en ser campeona del mundo, pero siempre quedará la duda ¿qué habría pasado si hubiera participado Uruguay? Jamás lo sabremos.


Comments


bottom of page