BRASIL 1950
- Rafael Herrera Paz
- 27 abr 2022
- 6 Min. de lectura
Fue uno de los Mundiales más recordados de la historia, con juegos inolvidables, como el famoso “Maracanazo”, con situaciones muy particulares por los resabios de la Segunda Guerra Mundial y con mucha polémica de por medio. Después del Mundial de Francia 38, el mundo deportivo se paralizó por el conflicto bélico que duró seis años, de 1939 a 1945, y que el resultado fue Europa devastada, Japón y China devastados y una crisis social sin precedentes en el mundo, aún había demasiados “odios” y rencores, y peor aún, durante esos años comenzó otro conflicto conocido como la Guerra Fría. De tal manera que el mundial de fútbol en Brasil casi sucedió de milagro.

La elección de la sede fue fácil, Brasil fue una de las candidatas para 1942 por lo que ya tenía preparada la estructura para recibir el torneo y como al continente americano no llegó la destrucción de la guerra, para la FIFA no había otra salida, la sede debía ser en un país sudamericano y los brasileños llevaban ocho años listos para el evento. La polémica comenzó porque a los países del Eje se les vetó del evento, así que Alemania y Japón no estuvieron invitados, en una situación similar a la que se vive con Rusia para Qatar 2022. Italia se salvó porque el presidente de la federación italiana de fútbol, Ottorino Barassi, salvaguardó la integridad del trofeo Jules Rimet durante los años de la guerra y en agradecimiento por su acción, su país sí fue invitada el mundial.
EL caso de Italia era muy particular, un año antes, el 4 de mayo de 1949, sufrieron la tragedia más grande en su historia deportiva, el avión que transportaba al equipo Torino se estrelló en un lugar conocido como Superga, a las afueras de Turín, provocando la muerte de todos sus integrantes. Ese Torino llevaba seis temporadas sin perder de local, iba por su quinto campeonato consecutivo, ya había derrotado al Real Madrid de Di Stefano, y estaba en la élite del fútbol europeo; además eran la base de la selección italiana con ocho de sus jugadores que vestían la “azzurra”. El equipo regresaba de un partido amistoso en Portugal cuando la neblina y el mal funcionamiento de la aeronave, provocaron que se estrellaran en una basílica.[1] La tragedia de Superga, fue devastadora para el Torino que no se pudo levantar de esa situación, inclusive la temporada siguiente, cada equipo de la Serie A les donó un jugador para que pudieran participar en el torneo; y también fue devastadora para Italia que perdió a sus mejores jugadores, y no solo eso, el trauma del accidente aéreo, los hizo viajar en barco y tren hasta Brasil y su participación fue fatal, aunado a la crisis que vivía el país por la derrota en la guerra y las consecuencias del fascismo. De hecho, para este mundial, se tardaron más en el viaje que en quedar eliminados.
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El torneo estaba destinado para 16 participantes, pero al final solamente fueron 13, esto porque Escocia decidió no viajar por problemas que tenían con Inglaterra, Francia renunció en forma de protesta porque los organizadores pusieron sus partidos muy distantes entre ellos, solamente a tres mil kilómetros de distancia; y la India también renunció en forma de protesta porque la FIFA los sancionó por jugar descalzos.[2] Argentina desde el inicio se hizo a un lado, alegando problemas con la federación de fútbol de Brasil, aunque probablemente no fueron como protesta por no ser elegidos como sede. Así los grupos quedaron compuestos de la siguiente manera:
- Grupo 1: Brasil, Yugoslavia, Suiza y México.
- Grupo 2: Inglaterra; España, Chile y Estados Unidos.
- Grupo 3: Italia, Suecia y Paraguay.
- Grupo 4: Uruguay y Bolivia.

Las sedes eran impresionantes encabezadas por el Estadio Maracaná de Río de Janeiro, y seguidas por Recife, Sao Paolo, Belo Horizonte, Porto Alegre y Curitiba. Los ganadores de cada grupo, pasarían a una segunda fase donde jugarían todos contra todos para definir al campeón, por primera y única ocasión en la historia de los mundiales, no habría una final, aunque como veremos, el destino marcó otra cosa.
Así regresó el mundial después de la guerra, con países vetados, otros países que declinaron, otros desinteresados como la URSS, pero algunos que al fin decidieron participar como Inglaterra, y Uruguay, que tras dos mundiales donde declinaron su participación, regresaban a defender su título de 1930.
El juego inaugural lo disputaron Brasil contra México, nuestro país nuevamente fue privilegiado en inaugurar una copa del mundo, y una vez más fue goleado; ahora por 4 a 0 en el Maracaná contra los poderosos anfitriones. El grupo fue muy parejo, pero al final, la victoria de Brasil sobre Yugoslavia por dos goles a cero fue determinante para que pasaran a la siguiente fase; las anotaciones fueron de la sensación del mundial Ademir y de Zizinho.

El Grupo B fue dominado por la España de Franco, que a pesar de su ayuda a la Alemania Nazi no fue vetada. Los españoles ganaron todos sus partidos y pasaron fácilmente a la siguiente ronda; en ese grupo se dio una de las sorpresas más grandes en la historia de los mundiales cuando Estados Unidos derrotó a Inglaterra por un gol a cero. Realmente los ingleses decepcionaron ese mundial, habían llegado como “los padres del fútbol”, pero en el campo no demostraron el nivel suficiente para ganar un solo partido.
El siguiente grupo fue dominado por Suecia que aprovechó a una Italia diezmada y a un Paraguay que no mostró ningún problema; los suecos lograron su pase al derrotar a los italianos por 3 goles a 2 y sobra decir que históricamente siempre han sido un problema para la “azzurra”. En el último grupo, que solamente estaban Uruguay y Bolivia, los “charrúas” pasearon los 90 minutos y dejaron un resultado histórico, 8 goles a 0 sobre los bolivianos que debutaban de esa manera en un mundial.
La segunda fase fue realmente una competencia entre dos equipos, Uruguay y Brasil. El reglamento decía que no habría una final, sino que ganaría el equipo con más puntos en la segunda fase; de tal manera que todos los partidos eran muy importantes. Brasil inauguró la fase con una goleada histórica de 7 a 1 sobre Suecia y una actuación sublime de Ademir con un triplete. Los uruguayos empataron con España pero también superaron a Suecia, a lo que Brasil respondió con otra goleada, ahora de 6 a 1 sobre los españoles, que también perdieron contra los suecos. Así, Brasil llegó por encima de Uruguay para el último partido, pero los “Charrúas” tenían la posibilidad de ser campeones si derrotaban a Brasil en el mítico Maracaná.
El 16 de julio de 1950 se escribió la historia, asistieron al estadio casi 250 mil aficionados, lo cual es un récord histórico, y se dice que todo estaba preparado para festejar a los brasileños; había adornos y monedas con letreros felicitando a Brasil campeón, inclusive la orquesta no preparó el himno de Uruguay porque creían que era imposible que estos ganaran.[3]
Ese día, dos términos tomaron significado histórico, “Garra Charrúa” y “Maracanazo”. Para el medio tiempo los uruguayos lograron resistir los embates brasileños y se fueron a los vestidores empatados sin goles, lo que le daba el título a Brasil, el carnaval continuaba en las tribunas, y más aún cuando en el minuto 47, Friaca de Brasil anotó el primer gol, lo que parecía ya era el sello del campeonato, tanto que Rimet, presidente de la FIFA, bajó a los vestidores a preparar su discurso para darle el trofeo a los brasileños.

Al minuto 66, Schiaffino empató el encuentro, el ánimo ya no era el mismo, aunque con ese resultado Brasil todavía era campeón. Sin embargo, al minuto 79 aparecía un nombre que quedaría marcado en el colectivo uruguayo y brasileño, Ghiggia, que anotó uno de los goles más dramáticos e importantes en la historia del fútbol soccer. A partir de ese momento el silencio del Maracaná fue impresionante, el estadio más grande del mundo, la asistencia más grande para un evento deportivo en el mundo, quedo enmudecida ante el gol de Ghiggia y la falla del portero brasileño Barbosa. Cuando Rimet regresó al campo ya era un cementerio, y al finalizar el encuentro los únicos que celebraban eran los once uruguayos que estaban en el campo, inclusive no hubo ceremonia de entrega del trofeo, Rimet simplemente se lo dio al capitán Varela y ni felicidades le dijo, ante la sorpresa de la situación.
Las consecuencias de esa derrota fueron enormes, por un lado, Uruguay seguía invencible en los mundiales, dos participaciones, dos campeonatos; por el lado brasileño, esa fue una de las tragedias más grandes de su fútbol y de su historia, hasta hubo suicidios después del partido y varias amenazas de muerte al entrenador y a varios jugadores, entre ellos, al portero Barbosa. Brasil decidió jamás usar el uniforme blanco de manera oficial, ahí lo cambiaron al actual, la mítica playera dorada con short azul y medias blancas, tal parecía que el uniforme blanco era doloroso para ellos. También se dice que un niño brasileño, ante la tristeza de su padre, le prometió que él haría que Brasil fuera campeón, su nombre, Pelé.
Así fue el Mundial Brasil 1950, con una palabra que describe todo el torneo, “Maracanazo”, aunque debemos decirlo, no sería la última tragedia que vivirá Brasil en ese estadio, lo veremos más adelante, por el momento es todo en este episodio de Historiomanía.
[1] https://www.bbc.com/mundo/deportes-48094068. Consultada el 26/abril/2022. [2] https://www.espn.com.mx/futbol/copa-mundial/nota?s=futbol/mundial2010&id=936539&type=story. Consultada el 26/abril/2022. [3] https://actualidad.rt.com/mundial/historia/1950. Consultada el 26/abril/2022.
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